A este lado del río
Zumeta, o sea a su margen derecha, había varios cortijos y tenás, ciertamente
en sitios de difícil paso todos ellos. Estaban los Palancares, La Zarzalea, Los
Mancos, La Umbría de Tobos, Las Pegueruelas, La Fuente del Escribano, La
Peguera, y algún otro que se me escapa. Hoy día todos esos cortijos están en el
suelo. Es más, de algunos no hay ni rastro, ni siquiera camino alguno por dónde
ir, como es el caso de los Palancares. Lo pongo aquí por eso, a ver si se te
meten en la cabeza estas cosas igual que a mí, y al menos lo vamos diciendo
para que pongan alguna señal de que hasta hace poco allí vivió gente con sus
penas y sus glorias, cultivando sabiamente aquellas tierras ásperas, y dejando
su sudor para poner orden en las laderas, con hormas de mampuestos y paratas,
todo a base de romper riscos con la reja del arado, o a mano con la
picaza".
(pag.59)
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